Nota Publicada por el Diario La Nación a raiz de una entrevista a la Profesora Inés Moreno
Tema de debate del 34° Congreso Argentino de Pediatría
«La vivencia del aburrimiento es importante»
Lo afirma la licenciada Inés Moreno, que advierte que hoy los chicos no disponen de tiempo libre
CORDOBA.- Cada vez más familias comparten una característica forma de organizar el tiempo libre de sus hijos: padres que llenan de actividades las horas de sus hijos, los mandan a colegios de doble escolaridad, luego asisten a clases de inglés o a otras actividades. En ese contexto, los chicos no tienen tiempo siquiera para aburrirse.
¿Cómo crece un chico sin poder saborear el aburrimiento?, se pregunta Inés Moreno, licenciada en ciencias de la educación que participa del 34º Congreso Argentino de Pediatría, que se realiza esta semana en la ciudad de Córdoba, y donde se debate sobre el tiempo libre y el juego como indicadores de salud.
«La vivencia del aburrimiento es importante -agrega Moreno-. El trabajo al respecto consiste en rescatar, desde el aburrimiento, un proyecto de acción. Cada vez la vida está más agendada, y de repente las personas se encuentran solas y no saben qué hacer. Cuando no tienen algo estructurado, caen en adicciones, buscando un «chupete» que los organice: una persona, una actividad, un objeto».
Hace 29 años, la licenciada Moreno fundó en Buenos Aires una institución que lleva su nombre, donde promueve que profesionales de la medicina, la arquitectura y la psicología se formen como especialistas en juego, creatividad y uso del tiempo.
Moreno participó en el congreso de una mesa redonda «El tiempo libre: ¿hay que ocuparlo?», coordinada por los doctores Abel Monk y Mario Galetto. Uno de los temas abordados en ese espacio fue la problemática «Agenda completa v. Agenda abierta».
Al respecto, Moreno opina que «el aburrimiento es una sobreadaptación a la sociedad en que vivimos. Se consume el juego tanto como se puede consumir una gaseosa. De lo que se trata, en cambio, es de reforzar en los adultos y en los niños que todo requiere de un tiempo. El juego sano es aquel que apunta al propio desarrollo pleno de las personas. La salud también pasa por incluir estos parámetros».
A jugar
Si habitualmente la consulta pediátrica incluía una pregunta sobre si el niño juega, la propuesta sería saber también a qué juega, con quiénes juega, de qué manera juega, propone Moreno. «Hoy el juego no es inocente. Si un chico está frente a una computadora seis horas, estamos en presencia de factores adictivos. La ludopatía forma parte de la comprensión del juego.»
Además, Moreno introduce otra inquietud: «Regalarle a un niño juguetes sumamente estructurados le hace perder su capacidad de fantasía, de imaginación. Es más importante que en la casa haya palos de escobas, sábanas, y sobre eso puedan aparecer un caballo, una pista, una choza, que la esencia vuelva al niño y que no se le presente todo dado», dice.
Y agrega: «La pediatría, en primer lugar, tiene que comprender que dentro de las definiciones de salud no están sólo las enfermedades, sino el desarrollo pleno. Y cuando un piensa en el desarrollo pleno, puede pensar cómo ayudar a una mamá en la crianza para poder orientarla correctamente. La única solución no es que los chicos hagan deportes. No siempre es lo mejor y no es recomendable para todos los niños. Hay niños que necesitan una mirada más introspectiva, hay chicos que buscan más la interacción con otros. No hay una receta, debe haber una comprensión de la persona y en función de eso habrá una orientación».
Por si no estuviera claro, su coordinadora manifiesta el objetivo de la institución: «Mi tarea consiste en concientizar en que cada persona pueda vivir a pleno su vida, que pueda encontrar multirecursos para poder tener proyectos, organizarse, expresarse. A veces las personas viven abrumadas por su trabajo. Yo propongo cuestionarse: cuando el trabajo no llene nuestra vida, ¿qué vamos a hacer con ella?»