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Reportajes y Notas

«El juego está mucho más vinculado con el ser»

Reportaje a la Prof. Inés Moreno publicado por el diario MDZ de la ciudad de Mendoza, Argentina, realizado por el Periodista Alejandro Frías
Especialista en el área de juego y directora del Estudio Inés Moreno, un espacio dedicado al desarrollo del juego y la creatividad en áreas como educación, trabajo comunitario y salud, la profesional está en Mendoza para presentar su nuevo libro y dictar un taller. MDZ Online aprovechó para hablar con ella.

Está en Mendoza para presentar su más reciente libro y para dictar un taller Inés Moreno, especialista en el área de juego y directora del Estudio Inés Moreno, un espacio dedicado al desarrollo del juego y la creatividad en áreas como educación, trabajo comunitario y salud.

Moreno presentó ayer su nuevo libro, Espacios de juego, y hoy dictará un taller. MDZ Online aprovechó la oportunidad para dialogar con ella sobre el significado del juego para los niños y los espacios de juego, entre otros temas.

– ¿Cómo influye el juego en los niños?

– El juego es una herramienta potente para el adulto que está vinculándose con un niño, porque el juego, a diferencia de cualquier otra técnica, inclusive no convencional, moviliza el pensar, el sentir y el hacer. Cuando un niño salta una soga, que parece algo nimio, en realidad está haciendo un cálculo matemático, en el sentido de calcular espacio y tiempo, está realizando un acto psicomotriz al movilizar todo el cuerpo y especialmente las piernas para poder saltar la soga, y además está movilizando sus emociones al calcular esto es muy alto, esto es muy difícil para mí, me están mirando, tengo miedo. En fin, en este ejemplo de la soga, que quizás es muy gráfico, como en cualquier otra situación ocurre lo mismo, el juego es movilizador de aspectos cognitivos y procedimentales, de habilidades de todo tipo, de aspectos motores y, fundamentalmente, de aspectos emocionales y actitudinales.

– ¿Faltan espacios de juego en la vida cotidiana de los chicos?

– En la vida cotidiana el juego se ha transformado bastante. La urbe es muy diferente a los espacios más abiertos, a mí no me gusta generalizar, pero sí podría decir que en las grandes urbes el juego se ha restringido notablemente, por razones de seguridad e inclusive por aspectos culturales, tecnológicos y sociales. Pero la necesidad de jugar está siempre presente, sólo que hay situaciones donde lo motor queda bastante invalidado. La computadora, de alguna manera, rigidiza aspectos corporales, y no estoy en contra de la tecnología, sólo que hay que poder aprender a saber usarla y a que no bloquee aspectos del ser que son fundamentales en el desarrollo de una persona.

– A propósito de eso, ya hay estadísticas que hablan de una reducción de la motricidad gruesa de los niños.

– Así es, inclusive, eso está vinculado con aspectos serios en la salud, como el sobrepeso y la atrofia de determinados músculos que ya se empiezan a observar. En nuestro país no hay muchas estadísticas, por razones obvias, pero en otros países del mundo esto ya se observa.

– ¿En la escuela el juego tiene que ser siempre pedagógico?

– No, en la escuela pueden existir muchos espacios de juego que no tengan una intencionalidad vinculada con contenidos de la currícula. Aún así, inclusive con intencionalidad, es muy interesante observar cómo muchos docentes transforman contenidos áulicos en un situación lúdica general de la cual el niño no quiere salir, porque el niño no se resiste al aprendizaje, a lo que se resiste es a las formas rígidas de aprender, la necesidad de conocer siempre está presente. Y respecto de tu pregunta, hay muchas experiencias de transformación del patio en diferentes rincones que impliquen que cuando un niño sale del aula no salga a destrozarse o a destrozar a otros. La violencia puede ser transformada en un espacio de camaradería.

– ¿A los adultos les falta juego?

– Al adulto le falta juego. Todos somos homo ludens, todos tenemos el niño interno, el tema es que a lo largo de la vida, y también de la escuela, de la cultura, nos van colocando, más que cáscaras de cebolla, cáscaras de metales que nos van robotizando, como si los únicos objetivos estuvieran en el tener. El juego está mucho más vinculado con el ser, y cuando ese adulto puede correr ciertas máscaras rígidas, aparece el disfrute con relación a un aprender o a un desarrollarse de otra manera.